Un título más para nosotros es motivo de orgullo, sobre todo si el
autor es un joven poeta que inicia su trayectoria literaria en este país de
fanáticos del fútbol y patrioteros desatados (como si no hubiesen otros deportes y otros campos culturales). El poeta norteamericano Allen Ginsberg dijo
hace algunos años: “Hoy en día hay muchas quejas de que la generación más joven
está alienada, deshumanizada por la televisión, la política y los medios en
general. Hay falta de sentimiento…”.
La literatura, en general, y la poesía, en particular, ayudan a
sensibilizar y potenciar la imaginación crítica de los jóvenes. La capacidad creadora y estética de
los jóvenes puede ser desarrollada si es motivada desde tierna edad. Tal como
está expresado en la Carta Cultural Iberoamericana (CCI), de 2006: “La
literatura y las artes son por excelencia expresión de las identidades
iberoamericanas y de la riqueza de nuestra diversidad cultural, y representan
una inmensa posibilidad de expresión que debe ser estimulada”. Pero dejemos que hable el propio autor de esta obra.
Un poco de
mí y del comienzo de esta aventura literaria
Nacido bajo la luz de la madrugada de un primero de agosto de 1994,
este itinerario creativo comenzó desde el uso de mi conciencia, elaborando
muñecos en plastilina, cerámica y tela, dibujos y unos que otros escritos sobre
personajes de la Historia del Perú, Universal y creaciones mías basadas en
historias imaginarias, de las cuales aún tengo esas obras de infancia en
físico.
Y no tan remotamente, desde hace 4 años, comenzó a surgir esta
necesidad de plasmar en letras todos los pensamientos de aquellos días, basados
en experiencias y en algunos deseos de ese momento, de este modo nació toda la
historia de Hojas y Ramas, culminada
en los días posteriores de ese tiempo.
Dividida en cuatro partes, cuatro parajes, en cuatro inicios y
finales de cada sensación que trae un idilio y a la vez de uno mismo, tal vez
represente lo que en algún momento se llega a sentir en el desarrollo
predestinado de la recepción de la ilusión, la intensidad, el dolor y el
renacer.
Bienvenido/a a esta primera aventura plasmada en estas primeras
líneas.
Los globos
Solíamos caminar
bajo la tarde cálida
adorando el viento
porque levantaba
la libertad de tu cabello
Poco importaba
porque los globos
se elevaban incansables
y se ocultaban
bajo las ramas
Caía la noche y
ya no había viento que
me satisficiera por
la libertad de tu cabello
Caía la noche y
poco importaba
porque no había globos
en el firmamento
Tocando el cráter
Tengo la luna
en mis dedos
siento tu calma
brisa no te vayas
que tu viento me atrapó
No te vayas
porque alcancé tu cráter
me tienes en tu
blanco y pálido
amor
Noche no te vayas
porque no tendré vida
pues la luna
me dio su brisa
y me envolvió
Y mientras tenga
mis dedos en tu cráter
sé que mi vida es
en nuestra noche
y será eterna.
Una aureola de noche
se desplaza sobre mí.
Caballo negro
Galopando en el amanecer
resistiendo sin caer
Iré detrás de su calidez
la que me encendió en su brillantez
sobre mi alma oscura
que pintó mi camino
Galopando entre la luz de tu ser
el viento te dejará ver
El campo de ilusiones
abrió paso a la casualidad creada
sobre mi alma oscura
donde ella vino
Galoparemos juntos
sobre los caminos soleados
inundados en tu mar de flores
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