Yachaq grafiti

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lunes, 3 de octubre de 2022

La Sinfonía Amazónica de Destino Kañón

 




Destino Kañón es el poeta más desconocido de las últimas generaciones de poetas activistas (o de activistas poetas). Y eso que algunos de sus poemas son auténticos bienes culturales de altísimo vuelo poético y sociológico. Su paso por el colectivo anarcopoético Korriente A lo hace parte de una gran tradición histórica y literaria específica: la que empieza con las luchas reivindicativas y se nutre de la agitación social de comienzos del siglo XX. Anarquistas, radicales, sindicalistas, masones, etc. se atrevieron a impugnar la República Aristocrática, pero también poetizaron la gran asimetría y el autoritarismo rampante con enemigos identificables: Iglesia, Estado y Ley. Manuel González Prada, Benjamín Pérez Treviño, Delfín Lévano, Alberto Hidalgo, etc. fueron los rebeldes indoblegables y se valieron de la poesía para agitar conciencias. El autoritarismo, el racismo, el clientelismo político, etc. siguen intactos. Por consiguiente, Destino Kañón y sus camaradas tienen motivos de sobra para seguir con su labor de poetas activistas y agitadores.

(...)

En Sinfonía Amazónica el poeta se despierta del trance chamánico, aunque lo rememora y traspasa la realidad. El poeta chamán y vidente no evade la crítica social. Destino Kañón recoge la gran sabiduría tradicional de la Amazonía y la reivindica. Este conocimiento ancestral lo conjuga con su gran capacidad poética y disolvente.





Desdoblamiento del Itaya

 

   

Me atropella en nubes la noche

tras lejanos horizontes hacia el fondo del viaje

se descorcha en vino el cielo

y ya, ¿cómo he de escapar de ti?

mito de mujer indomable

selva de caderas prodigiosas

veneno de pitón en el colmillo

beso en muerte de algunos otros milagros

yo peregrino de la fatalidad

mi alma deambulará eternamente en tu piel

En lo lejano

diminuto trazo de su silueta

apaciguándose va en nubarrones

estos retroceden

seducidos son por el enjambre

diminutillas perlas, obsesas

con la oscuridad de los infortunados

luciérnagas atrapadas

en la gran telaraña de la noche

brillan para enamorarnos del cielo

para perder el miedo a lo desconocido

Navego sobre el misterio del río

usando mi alma como balsa

navego sobre oscuro misterio,

saboreo el guiño de lo oculto

el enigma del grito del ave.

he extraviado una parte de mí en ello

la selva es la inversa del algebra

revelándote un orden más preciso

He adentrado el corazón en

es el susurro del río

atropellando las cadenas de la oscuridad

canto de sirena que desabrocha

la improporción de la lógica

Reconozco que aún soy corruptible

mi balsa se desespera a las incertidumbres del caudal

que bajo nosotros es el cielo de un nuevo misterio

y conozco mi inmunda condición

veo seres de luz caminado en todas direcciones

entrando y subiendo del río

que a su inversa también es cielo

al fondo de él

un reptil anciano fuma mapacho

predestinándole amores a la luna

de las cuales doscientas cincuenta y seis

equilibran y dan carácter a la vida en el río

desde ese otro lado del universo

una ameba penetra en la conciencia

que sostiene todas las predicciones

en aquel otro lejano de nosotros

intuye que batallar con la lógica

sería demoledor, cierra los ojos

y le amanece en el vientre de la pitón

allí también hay un sol

que es devorado junto a la pitón

por un cocodrilo de proporciones colosales

que es devorado por diminutas y magníficas pirañas

que son electrocutadas por la anguila

devueltas al todo

en plena sumisión de todo

el gran reptil anciano abandona su cielo

que aún persisto en llamar río

desnuda sus escamas, es aquel que decía ser yo

mucho antes de

desnudo se interna en lo inconmensurable

de la selva

va gritándole versos a la luna, maldiciéndola

por haberlo condenado a esa naturaleza

–yo no puedo abandonar el río

estaré preso aquí, entre el interminable ciclo

del café con dos onzas de vodka–

pero a su paso cae un rayo

y otro algo se desprende de la noche

consolándose hacia el infinito

el río me cuenta que aquel

que decía ser yo; antes de mí

antes de nosotros

antes de eras y hombres destructivos

cuando el tiempo decía ser joven

él y la luna fueron amantes

ella la perla del cielo

él solo un cometa fugaz

la oscuridad lo condenó

a la desproporción de la naturaleza humana.

Aun así

asumo que no soy dueño de

alguna otra noche te visitaré entre pesadillas

traeré mapacho y versos

para apaciguar tu locura

he de continuar el viaje

atravesando lo más incierto

de mi naturaleza

aunque mi alma quede impregnada

a las orillas de la noche

en el revés de tu perfume

en la hermosa piel de la anaconda

que también es río.



Icaro



 

Siempre apostamos nuestros deseos

sobre la vibración térmica en el aire

volveremos al destello de la ilusión

sus pétalos nos acarician, nos vetan

un girasol de mil lenguas de fuego

 

¿quién me trae aquí?

al espacio del absurdo no espacio

arañando endebles y cósmicas

retinas de varios yo, negados

girasol de mil partidas

hacia el vacío inconmensurable

de todos los vacíos

 

extravío aquel vacío

entre las paredes hongosas

de la habitación que porta mi alma

protocolos para esta tinta

averiándose comulgan desde ya

mucho antes que yo lo piense

desde aquí y la distancia hasta tu ausencia

siento que aún no he pensado

nada en nada y solo aún

la presión sobre las horas

un cadáver apestando buena reputación

que se obsesiona contra las hojas

sigue desbastándose las retinas

tras la nada pared que me absorbe

vientre de cocodrilo

puerta hacia las puertas del ser

pasadizo agujero de gusano

 

las hojas de los árboles

se desprenden como boleros

que entonación no hallan

ni la melancolía suficiente para

dignamente cumplir su destino

quiebran la pausa del movimiento

entre copos de nieve

bailan entre buenos deseos

y luciérnagas paranoicas

aún me persigo intentando

decodificar qué bailecito

de electrones y magnetos

me atrae aquí, donde todo se

puede ir al carajo

aunque aquí en medio del no ser

no exista el carajo y menos yo

pero es prioridad de la lógica

que tras un verso

delineado entre tus hombros

todo vuelva a tener sentido

en el sexo húmedo

de la liana del muerto



Detrás de la angustia

 



¿Me regalará la vida

un día donde pueda observarte con calma?

redimido y librado de miedos

para poder escucharte como se debe

para escucharte sonreír

sin la deuda sobre la mesa

que logra hipotecar la incertidumbre

de pensar con qué pagaremos mañana

el alquiler de este cuarto

nunca feliz

de esta casa

que siempre anda bajo el brillo de la penumbra

postal iluminada

de lo que nos propone el infierno

comer el pan solo alimenta nuestra desgracia.

Te veo sonreír muy poco

cada vez menos

y cuando lo logras

las rescisiones y la burocracia

dinamitan insensibles la fe en mis pupilas

entonces te disfruto menos

golpeo mis deseos, pensamientos, mis temores

y maldigo el tiempo que no comparto contigo

mis angustias deambulan

detrás del dolor reseco que te parte los labios

muere mi tinta,

ya nada tiene sentido.

hasta que vuelves a decir

que aún crees en la sonrisa que oculto

entre papeles

que no necesitas nada más para soñar otra vez

que siempre tendrás lugar en tu corazón

lleno de líquido amniótico para mí...

yo que he arrancado tus lágrimas más hondas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 



miércoles, 27 de julio de 2022

Poesía peruana novísima

 

Lujuria

 

Religión propia:

sos ángel y verdugo.

Déjame arder en tus llamas porque

quiero apagarme en tu fuego.

Llega la aurora y

expreso mi congoja con una sonrisa.

Gozo mi prisión

y no le temo al diablo.

Las puertas del infierno son

puertas de mi cielo.

Los salmos que escribo no eximen mis pecados

ni reducen mi condena.

Si perderme de estos goces debo

a la sazón, vivir eternamente no quiero.

Quiero que me aten tus cadenas

o si deseas, puedes enseñarme a volar.

 


03:00 a. m.

 

Pesa más tu ausencia

en la hora donde los gatos salen a batallar,

hora en los que poetas se vuelven mortales

y yo dejo de soñar.

Pesa más tu ausencia

cuando se oye menos ruido por la calle,

cuando retumban los centros nocturnales

y yo recuerdo nuestra algarabía.

Pesa más tu ausencia

cuando te busco en mis utopías

y cuando te sueño despierta.

Pesa tu ausencia

cuando te pienso más

y te olvidó menos.

 

1980

 

Nadie ha muerto por amor y yo tampoco,

yo voy a morir cuando se acaben los versos,

cuando se apague el sol y se incendie el mar,

voy a morir cuando ya no tenga sueños

voy a morir cuando olvide lo que es sentir.

 

Yomira Valdez

 

 

 

 *******

 

 Obtendré

 

Adónde irá esa vorágine de sensaciones

Sin embargo, la voluntad no se quedó en la acera de la avenida

Qué realizar para apartar abruptamente esta enorme desdicha

Ese instante trastabillaré por desvanecer tu aroma

en uno de los harapientos barrios de Pisac

Fue un remolino de coca cuando debuté apenas cumplir dieciséis años

Ante mí la silueta esbelta de una mujer lujuriosa sombríamente maldita

Por otra parte, los caracteres distarán mucho

la pasividad sexual será levantada

Un impresionante insecto del bajo del Urubamba ahuyentará mis demonios

En esta perplejidad

El placer es lo más sublime que he conocido

y cada 23 de enero al terminar la madrugada el viejo Apu

con mayestático ropaje desciende hacia la calle siete culebras

se diría que barajan unos rituales andinos de destellos entre la sombra.

 

Centinela milenario

 

En el vasto océano de misticismo cuántico.

El centinela milenario preserva los cristales de expansión,

maestro ascendido de conciencia reminiscente

bendita enseñanza esotérica de flujo incesante

de palabras vivas de una lengua muerta.

Reposa en él la evolución de la memoria universal

de la existencia del qué, cómo y porqué.

Doctrina energética revestida con imágenes íntimas

de memoria infinita y viviente.

Ser supremo de exégesis de verdad

nuevo templo de sabiduría.

Energía vital de eternidad cósmica

Restringida abruptamente a los organismos vivientes

pues nuestra sola presencia perturbaría la atmósfera

de sincretismo elevado.

 

Yohei Moriya

 




ACAB

 

la infamia de las tropelías de aquellos

lejanos años solo en la memoria de los más viejos

la desafortunada costumbre de rememorar

                               las elucubraciones del viento

sus vaticinios leídos en el humo del tabaco

la risa de los ebrios uniformados

como hienas implacables

solo himnos obreros

y estandartes oliendo a pólvora

como testigos sin más.

            Únicamente las fábricas enmudecieron.

 

Gary Rojas





viernes, 17 de junio de 2022

Estela de Sombra

 

El magnífico poeta colombiano, Omar Ardila (Valle de Laboyos, 1975), nos presentará este jueves 23 un nuevo libro. Dejemos que sus palabras como saetas céleres nos ilustren sobre la gestación de esta nueva obra.




 



ESTELA DE SOMBRA

 

La ansiedad por el encerramiento en el primer año de la Peste –versión siglo XXI–, no solo me trajo desolación, impotencia y aislamiento; también me llevó a una situación límite de repensar el lenguaje, de volver sobre los trazos con intención poética y establecer una nueva relación afectiva con ellos. De esa porfía nació la idea de armar una obra conjunta, con cuatro libros precedentes (Alas del viaje en un instante, Corazón de Otoño, Espejos de niebla, Luces sobre las piedras) y uno que luchaba por asomar la cabeza en medio del naufragio. Gracias a la complicidad de Santiago López y su editorial Pie de Monte, hemos logrado que este nuevo proyecto haya tomado cuerpo bajo el título de Estela de Sombra, el que estaba destinado para el libro inédito. Así que ahora podemos tener una versión completa de los poemas que hasta ahora he publicado, los cuales corresponden al lapso de 2005 a 2020.

La impresión del libro se realizó en el Taller G.U.R.R.E, con el apoyo en la composición e impresión tipográfica de LA FULMINE y contó con la edición de Camilo Rico y Santiago López T.     

A continuación comparto unos poemas:

 

De Alas del viaje en un instante (2005)

 

XVII

 

Aun, como ausencia,

la oscuridad acompaña

el vuelo inicial del colibrí.

 

Aun, como presencia,

la luz dibuja

los caminos del abismo.

 

La libertad,

sin puerto y sin refugio,

esquiva la ausencia y la presencia

y se entrega en la boca del poema.

 

De Corazón de Otoño (2010)

 

El lugar de la soledad

 

*

Vino la luna

a conocer mi huerto

lleno de nada.

*

Música roja

en la casa del agua.

Vertieron mi sangre.

*

Brumosa tarde

construyendo caminos.

Viajero sin luz.

*

Silencio pertinaz

exhibiendo las corazas.

Vienen horas aciagas.

*

Cuerpos fatigados por la soledad

devoran el aire

de los tiempos muertos.

*

Viajan las nubes

en los orificios de mi pupila.

Fugaz sueño.

*

Alondra sin nido,

extravió el número de su calle.

Vida de nadie.

*

Cuerpos cansados

de soslayar la luz

ahora ascienden junto al sol.

*

Recuerda noche

la vigilia de la orquídea

y su frágil aroma.

*

Muere el aire

apagando palabras.

Hombre sin sombra.

*

Viento del Sur

aroma de naranjo.

Fugaz ritmo ancestral.

*

El silencio,

ese caudal de gritos

que me acecha.

*

Todas las noches

alguien suelta los sueños

en mi parcela vacía.

*

Busco vestigios

de invierno serpenteando

tus labios.

*

En la noche calmada

me despierta el murmullo

de una gota de agua

*

Miro las sombras

esquivando la noche.

Pierdo el rumbo.

 

De Espejos de niebla (2013)

 

Sociedad mediática

 

Despojada la sonrisa y el abrazo.

Vertido el cuerpo en la oquedad de una pantalla.

La vida como una transparencia de la nada,

como un vicio de sí mismo que se exhibe

y que es narrado por heraldos de la muerte.

 

Dicen que todo pasa.

Aunque ya nada es cierto en este tiempo de los corderos camuflados.

 

De Luces sobre las piedras (2016)

 

Simulaciones

 

Los espejos han perdido el rastro del paraíso;

en su última imagen solo quedan los cuerpos caídos

y un poco del albor que sus palabras anunciaban

desde la silenciosa trinchera.

 

Los espejos vaciaron las miradas,

socavaron los gestos

y ahogaron las rosas que sostenían el poema.

 

Los espejos

simulación de la muerte,

escritura del olvido.

 

De Estela de sombra (2020)

 

Como Dios, el Hombre también ha muerto

 

Es la tristeza un llamado de la luz

que aguarda la corrida del velo.

 

Es el velo la seguridad del misterio

que ronda los cuerpos amantes de la sombra.

 

Es la sombra una esperanza,

un ritual de cada mañana

cuando los pasos se hermanan con el polvo.

 

Es en el polvo donde anidan efímeros conceptos:

el Hombre

y su deshilvanada Imagen.