Desdoblamiento del Itaya
Me atropella en nubes la noche
tras
lejanos horizontes hacia el fondo del viaje
se
descorcha en vino el cielo
y
ya, ¿cómo he de escapar de ti?
mito
de mujer indomable
selva
de caderas prodigiosas
veneno
de pitón en el colmillo
beso
en muerte de algunos otros milagros
yo
peregrino de la fatalidad
mi
alma deambulará eternamente en tu piel
En
lo lejano
diminuto
trazo de su silueta
apaciguándose
va en nubarrones
estos
retroceden
seducidos
son por el enjambre
diminutillas
perlas, obsesas
con
la oscuridad de los infortunados
luciérnagas
atrapadas
en
la gran telaraña de la noche
brillan
para enamorarnos del cielo
para
perder el miedo a lo desconocido
Navego
sobre el misterio del río
usando
mi alma como balsa
navego
sobre oscuro misterio,
saboreo
el guiño de lo oculto
el
enigma del grito del ave.
he
extraviado una parte de mí en ello
la
selva es la inversa del algebra
revelándote
un orden más preciso
He
adentrado el corazón en mí
es
el susurro del río
atropellando
las cadenas de la oscuridad
canto
de sirena que desabrocha
la
improporción de la lógica
Reconozco
que aún soy
corruptible
mi
balsa se desespera a las incertidumbres del caudal
que
bajo nosotros es el cielo de un nuevo misterio
y
conozco mi inmunda condición
veo
seres de luz caminado en todas direcciones
entrando
y subiendo del río
que
a su inversa también es cielo
al
fondo de él
un
reptil anciano fuma mapacho
predestinándole
amores a la luna
de
las cuales doscientas cincuenta y seis
equilibran
y dan carácter a la vida en el río
desde
ese otro lado del universo
una
ameba penetra en la conciencia
que
sostiene todas las predicciones
en
aquel otro lejano de nosotros
intuye
que batallar con la lógica
sería
demoledor, cierra los ojos
y
le amanece en el vientre de la pitón
allí
también hay un sol
que
es devorado junto a la pitón
por
un cocodrilo de proporciones colosales
que
es devorado por diminutas y magníficas pirañas
que
son electrocutadas por la anguila
devueltas
al todo
en
plena sumisión de todo
el
gran reptil anciano abandona su cielo
que
aún
persisto en llamar río
desnuda
sus escamas, es aquel que decía ser yo
mucho
antes de mí
desnudo
se interna en lo inconmensurable
de
la selva
va
gritándole versos a la luna, maldiciéndola
por
haberlo condenado a esa naturaleza
–yo
no puedo abandonar el río
estaré
preso aquí, entre el interminable ciclo
del
café con dos onzas de vodka–
pero
a su paso cae un rayo
y
otro algo se desprende de la noche
consolándose
hacia el infinito
el
río me cuenta que aquel
que
decía ser yo; antes de mí
antes
de nosotros
antes
de eras y hombres destructivos
cuando
el tiempo decía ser joven
él y la luna fueron amantes
ella
la perla del cielo
él
solo un cometa fugaz
la
oscuridad lo condenó
a
la desproporción de la naturaleza humana.
Aun
así
asumo
que no soy dueño de mí
alguna
otra noche te visitaré entre pesadillas
traeré
mapacho y versos
para
apaciguar tu locura
he
de continuar el viaje
atravesando
lo más incierto
de
mi naturaleza
aunque
mi alma quede impregnada
a
las orillas de la noche
en
el revés de tu perfume
en
la hermosa piel de la anaconda
que
también es río.
Icaro
Siempre apostamos nuestros deseos
sobre la vibración térmica en el aire
volveremos al destello de la ilusión
sus pétalos nos acarician, nos vetan
un girasol de mil lenguas de fuego
¿quién me trae aquí?
al espacio del absurdo no espacio
arañando endebles y cósmicas
retinas de varios yo, negados
girasol de mil partidas
hacia el vacío inconmensurable
de todos los vacíos
extravío aquel vacío
entre las paredes hongosas
de la habitación que porta mi alma
protocolos para esta tinta
averiándose comulgan desde ya
mucho antes que yo lo piense
desde aquí y la distancia hasta tu ausencia
siento que aún no he pensado
nada en nada y solo aún
la presión sobre las horas
un cadáver apestando buena reputación
que se obsesiona contra las hojas
sigue desbastándose las retinas
tras la nada pared que me absorbe
vientre de cocodrilo
puerta hacia las puertas del ser
pasadizo agujero de gusano
las hojas de los árboles
se desprenden como boleros
que entonación no hallan
ni la melancolía suficiente para
dignamente cumplir su destino
quiebran la pausa del movimiento
entre copos de nieve
bailan entre buenos deseos
y luciérnagas paranoicas
aún me persigo intentando
decodificar qué bailecito
de electrones y magnetos
me atrae aquí, donde todo se
puede ir al carajo
aunque aquí en medio del no ser
no exista el carajo y menos yo
pero es prioridad de la lógica
que tras un verso
delineado entre tus hombros
todo vuelva a tener sentido
en el sexo húmedo
de la liana del muerto
Detrás de la angustia
¿Me
regalará la vida
un
día donde pueda observarte con calma?
redimido
y librado de miedos
para
poder escucharte como se debe
para
escucharte sonreír
sin
la deuda sobre la mesa
que
logra hipotecar la incertidumbre
de
pensar con qué pagaremos mañana
el
alquiler de este cuarto
nunca
feliz
de
esta casa
que
siempre anda bajo el brillo de la penumbra
postal
iluminada
de
lo que nos propone el infierno
comer
el pan solo alimenta nuestra desgracia.
Te
veo sonreír muy poco
cada
vez menos
y
cuando lo logras
las
rescisiones y la burocracia
dinamitan
insensibles la fe en mis pupilas
entonces
te disfruto menos
golpeo
mis deseos, pensamientos, mis temores
y
maldigo el tiempo que no comparto contigo
mis
angustias deambulan
detrás
del dolor reseco que te parte los labios
muere
mi tinta,
ya
nada tiene sentido.
hasta
que vuelves a decir
que
aún crees en la sonrisa que oculto
entre
papeles
que
no necesitas nada más para soñar otra vez
que
siempre tendrás lugar en tu corazón
lleno
de líquido amniótico para mí...
yo
que he arrancado tus lágrimas más hondas.