Yachaq grafiti

Yachaq grafiti

lunes, 27 de noviembre de 2023

Nuevos poetas piuranos

 Cristian Oviedo (Lancones, 1987)

 

Nació en el caserío Orregos, en Lancones, provincia de Sullana. Es poeta inédito y narrador, ha publicado la novela titulada El retorno a casa caminando. Actualmente, es conocido como el Caminante, es el primer peruano en haber desafiado los tres desiertos más grandes de Sudamérica, caminando en solitario, incluyendo, Atacama.

 

Todavía puedo quererte un poco más

 

Espera la noche que todavía puedo

quererte un poco más.

Palpemos el cielo las estrellas y

Todavía el silencio de la madrugada,

Pasaremos los mares, las lluvias, el trueno …

El inframundo.

 

 

Los dioses del tiempo, el loco vagabundo silencio

Nos dará repertorio de canciones de esas

Bonitas que te hacen suspirar.

 

Un día de estos esperamos juntos la tarde

Tan solo para decirle adiós al sol y linda noche a la luna,

Dos locos queriendo secuestrar una gota de lluvia

Y con ella apagar el fuego que nos consume,

Cuando a los ojos nos miramos.

 

Pero … espera, todavía la noche es un poco tierna …

Tus manos son dos ramitas que seducen mi lado débil,

Yo soy un roble, pero a tu lado soy una hoja frágil

domada por tu risa de diosa, hechizo que llevas a flor de labio.

 

Espera la noche todavía puedo quererte un poco más.

 

 

 

Cielo de invierno

 

Y de nuevo por las sendas del dolor,

Cargando a cuestas un sesto rebosando

De tristeza …

De nuevo los ayes de la vida, de nuevo esta tarde de la vida.

Que camina hacia la noche dejando el recuerdo

De lo que fue y no será jamás.

De nuevo la soledad, tan gris como el cielo de invierno,

Tan mala como un holocausto.

De nuevo la vida de a pocos, tan de prisa, tan veloz, tan rápido …

Tan rápido.

 

 

Ámbar de atardecer

 

Mirando al horizonte ámbar de atardecer, que cabalga de prisa

Asia la Antártida noche, he palpado tus ojos aún con esa frescura angelical

Mirándome de a pocos con la última luz del día, el día de mi partida

¡¡¡Engañando al corazón!!!

Mis líneas son estelas de amor, que te llegan sin saber y yo sabiendo

Tan seguro, tan de ánimo, tan de amor.

¡Mírame!, me pondré la camisa donde impregnaste el labial rojo de tus besos

Y me dormiré mientras la brisa fría me arrulla con esa balada que aún no han escuchado.

¡¡Amor!! tú y ese lunar son la lluvia de una rosa sin espinas

que yo sembré para ti; camino por la tarde aprisa me tomo el té; el té.

mastico sus recuerdos ya me sabe tan lloroso que envío al cielo

esperando toque tu corazón; te extraño y suspiro en mi cama

los vidrios se mojan y se rompe mi silencio, en alguna queja

¡qué frío! y de nuevo digo qué frío… frío

y sin saber hay un frío más horrendo que congela mi alma

en bloque tristes que piden con deseo capitular.

la tarde invernal de mi alma es como un holocausto donde mueren mis alegrías,

todos los días y reviven tristezas que solo tu voz en mis sueños puede alegrar.



Anthony Gonzales (Castilla, Piura, 1999)

Es ganador de la Beca Vocación de Maestro, impulsada por Pronabec. Licenciado en Ciencias de la Educación, en la especialidad de Lengua y literatura por la Universidad de Piura (UDEP) ocupando el primer puesto. Escribió “Guía Cuadrúpeda”, un cuento publicado en la revista digital Ataraxia, Letra Azul. Primer puesto en el concurso internacional Nuestro ilustre personaje Carlos Augusto Salaverry, en la categoría de escritor emergente (2023), con el cuento “La niña de las rosas”.

 

El niño duerme

 

En una noche de amor y locura

una madre besa a su niño con ternura,

ella le canta a su hijo, su esperanza,

canciones de honor y de alabanza.

El niño duerme en flores de retama

y la madre ve en él un mejor mañana,

el niño duerme en nubes de libertad,

la madre lo contempla con amor y santidad.

El niño duerme en paz, el niño duerme,

pero gritos en la calle anuncian caos y muerte

y el niño duerme.

Malhechores entran a la casa, saquear quieren,

y el niño duerme.

Los ladrones suben, fuego encienden,

y el niño duerme.

La madre lucha, lo protege como puede…

y el niño duerme.

La madre es violentada, destruida y deshonrada,

y el niño duerme,

con dolor la madre sonríe y una lágrima se derrama,

su esperanza está a salvo, duerme en calma,

y cuando despierte, crezca y sea fuerte

le dará a su madre la gloria que se merece,

la esperanza de la madre patria está viva, pero aún duerme.

 

 

 

 

Arriba

Sé lo que te dicen y dirán:

“no lo intentes, déjalo ya”,

“nunca tendrás oportunidad”,

“no existe un feliz final”.

 

Sé que de impotencia quieres llorar,

sé que quieres cambiar tu realidad,

sé que te sientes ave de corral

tienes alas y no puedes volar.

 

sé que tu salario no alcanza

y tienes una familia que alimentar,

sé que la enfermedad te desgasta,

sé que ya no quieres luchar.

 

Pero, si has podido todo esto aguantar

¿por qué parar tu labor colosal?,

¿no es mejor de pie gritar:

“con honor hasta el final”?

 

¿Qué te pasa, compañero?

¿has olvidado que eres de acero?

¿que eres heredero de un imperio

que se liberó del cautiverio?

 

La sangre de los mártires peruanos

claman desde el campo de batalla

“no te rindas, por favor hermano

sigue avanzando como José Olaya

o como Grau con honor da la cara,

nunca te rindas como el inca de Oxapampa

pues el deber es la lucha, lo dijo Palma,

así que grita con toda la fuerza de tu alma:

¡Hasta gastar la última bala!”

 

Pueblo mío tú eres de acero

¡sacúdete, levántate del suelo!

Sí pudiste una vez, podrás de nuevo…

¡Perú, verás renacer tu imperio!

 

 

¿Por qué?

 

¿Por qué?... ¿por qué siento

que mi alma tiembla cuando te veo?

¿Por qué sonrío y sueño

con tus ojos y tus besos?

¿Por qué suspiro y me elevo

en el firmamento de tu cabello?

¿Por qué mi sangre hierve y muero?

¿Por qué eres madera y yo fuego?

¿Por qué eres nube y yo viento?

¿Por qué me lastimaste en invierno?

¿Por qué el eterno cielo

vomita ante mis ojos un ángel negro?

No lo entiendo, no lo entiendo…

¿Por qué vienes en el verano de enero?

No lo entiendo, no lo entiendo…

¿Por qué a pesar de todo aún te quiero?



Jenny Vallejo

 

Es docente de Ciencia y Tecnología, nivel secundario. Máster universitario en estrategias tecnológicas para la enseñanza intercultural. Escritora de cuentos para niños, novelas juveniles como El duende de Orrochy y La ninfa del Gran Algarrobo, además es autora del poemario Soy una capullana, poemas y microrrelatos. Sus obras han sido presentadas en la ciudad germana Karlsruhe, en el estado federal de Baden Wurttemberg.

Actualmente, es coordinadora Regional, tutora virtual y asistente tecnológica del Ministerio de Educación. Por otro lado, fue miembro del Patronato Cultural Sullana y de la Asociación Casa de la Cultura de Sullana. Participante de los talleres de escritura creativa: Dédalo y su Laberinto, El Desafío de Narrar y Técnicas Narrativas.

 

 

Si yo fuera un ave

 

Si yo fuera un ave,

extendería mis alas y surcaría los cielos.

Volaría tan alto como mis sueños.

¡Sería libre!

Cabalgaría sobre el viento,

me empolvaría el rostro con ayuda de las nubes.

Volaría tan alto como mis sueños.

Mil piares cantaría y,

a pesar de grises días con aguaceros incansables,

mi canto no callaría.

El sol que mis alas calienta siempre amaría,

un chapuzón en un libre río disfrutaría,

mientras, mirando al cielo,

buscaría la verdadera sonrisa del amor.

Me ocultaría en altos árboles y en grandes montañas.

Viajaría, muy de mañana, en medio de verdes campos de clorofila

solo para empapar mi rostro de fresco rocío.

Volaría tan alto como mis sueños.

Al final de mis días de relajante vuelo,

uniría mi ser a la atesorada tierra que desfallece

para contribuir con ella y nutrirla.

Si yo fuera un ave,

volaría tan alto como mis sueños.

 

 

Muñeca rota

A Cielo Bardales

 

Espetaba el gentío que estabas rota,

que te habías quebrado y quizás

que de la faz de la tierra te habías marchado.

Hoy te vi, y ni rastro de tu quebranto.

Me contaste que, rota,

sí estuviste de los huesos

de tu alma; pero, luego, luego llegó la calma.

Como tú, muñeca rota, conociste más muñecas que te ayudaron

a entender que por más roto que esté el ser,

siempre existe un nuevo amanecer.

Me dijeron que estabas rota,

que te habías quebrado.

Hoy te vi, te vi entera, como toda una guerrera.

Mujer noble, capullana, que nunca se amilana.

Me dijeron que estabas rota,

que te habías quebrado,

pero no, no fue así,

porque sólida, como el acero,

en el dolor, te has forjado.

 

Enredando flores

 

Seres de humo penetran

silenciosos, en momentos

oportunos, se adentran, cual

fantasmas, en el mundo de

las flores, robando su

pureza, robando sus

colores, cual maraña

trepadora, te embaucan,

te enamoran.

Sueños que se esfuman,

pesadillas que abruman.

Mundos que eran rosa,

vuelan cual mariposa.

Enredando flores están

los embaucadores.

Huye niña fresa, no te

conviertas en su presa.

Enredando flores están

los embaucadores.

 



Fernando Casanova

Nació en Piura en 1981. Estudió Derecho y Literatura. Perteneció al grupo los Poetas del Asfalto. Sus poemas aparecen en Ausente ardor de arena y algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea.

 

S/T

Solo el cangrejo recibe en sus gotas el choque de la oscura ola sobre la piedra

unas cuadras arriba, en Negritos, todo duerme

Nadie oye, nadie podría oír al cangrejo refugiándose de la ciega marea, en el musgo

bajo un poste, una habitación celeste, alguien tose un cáncer dormido

Entre las peñas lo hace mover al cangrejo la señal del faro, duda, quizá, que esa luz no es la del sol

inundan los techos overoles goteantes que pasado usarán los hombres camino a las plantas

Sabe que acabará la noche/ sabe que vendrán a husmear su piedra las gaviotas/ sabe medir el tiempo en el agua azotando

es el sol, y los niños y las almas corren a encender los motores que sellan conservas, que envasan los días, que etiquetan sin pausa el sueño de cada uno

Es el Xol, ve asomar al caracol, baja, cuida no exponerse al pelícano, atenaza, come, el agua otra vez, y vive.

 

S/T

 

 

Elevados en la chicha sujetos por las siete cucharas al plato

Por el camote de playa y el choclo caramelo tallán

La tierra nos deja sonreír nos deja mirarnos

No hay Grecia no hay olimpos occidente

Bernal la Arena Sechura Matacaballo nos define

Mírales bien la piel en sol mayor a mis paisas

Sus ojos a los niños como agüita de manguera

Cautivito bendice la toquilla este rompope

Mi santísima trinidad kachema, kabrilla, kaballa.

 

**

Ellos treparon la pared de ladrillos

 

Caminamos con cuidado sobre la calamina

 

Casi las 6 y el matarife amarraba al toro

 

Lo sujetaba del cuello a un poste de fierro

 

Acostados en silencio miramos el cálculo

 

Se colocaba la estaca con cuidado

 

Debía darse solo un martillazo

 

Uno y certero acabaría con esa vida

 

Yo tenía 6 años cuando el sacrificio

 

El toro arrodillado y rápidamente una daga

 

Se abría el cuello y se juntaban los baldes

 

Para llenarlos con tan espesa sangre

 

Tres diestros cortaban y pelaban

 

Todo era luego una redonda masa blanca

 

El cuerpo trozado sobre la mesa

 

Y allí venía un segundo animal

 

Bajé corriendo y a casa

 

En la noche se movía mi labio inferior

 

En la cama intentaba dibujar

 

Con mi dedo la forma del toro

 

Y forzaba mi sueño queriendo olvidar

 

Luego ha continuado la vida

 

Y siempre tengo 6 años

 

Y ese día, en todas las fotos

 

 

 

Anthony Pretto (Piura, 1986)

 

Sus poemas aparecen en la antología Palabras sin fronteras, fronteras sin palabras, de la Editorial de la Universidad Ricardo Palma- Lima (setiembre, 2021 y en el poemario Lo que quiero es que imaginemos un paisaje de acuarelas. Poetas peruanos nacidos entre 1990-2005 (Ergo Editores, 2023).

 

 

 

La buena amistad

 

A veces es compartir dichas, a veces tristezas,

Son momentos de entrar al alma del otro, de entender su corazón,

De comprender su forma de pensar, de vivir.

 

La buena amistad es caminar por lugares nuevos, es descubrir la oscuridad.

A veces es motivo para reír, a veces hay razones para llorar,

Es un vínculo tan humano, que nace sin querer, que se forma con el tiempo;

 

Es escribir en la piel del otro, es dejar huella en su mundo,

Es cuidar la paz del que te sigue, es tener lágrimas cuando el otro sufre,

Es sonreír cuando hay esperanza, cuando florece una nueva ilusión;

 

Es sentirse bien al lado del otro, es escuchar sus miedos, sus sueños,

Es caminar con el mismo destino, es callar cuando el otro habla.

 

La buena amistad es conocer el dolor y también la felicidad,

Es saber perdonar, es ser leal en momentos difíciles, en épocas amargas;

 

Es estar juntos, por un gran ideal, unidos por un solo final,

La buena amistad debe ser duradera, no solo un instante fugaz

De desenfreno y placer, entre dos almas tan diferentes.

 

 

Amanecer

 

Amanecer es recorrer tu ser,

Es robarme el aroma de tu piel;

 

Es cada minuto de mi existencia,

Descansar en tu alma, es caminar por tu sendero;

 

Amanecer es regalarte mi tiempo por siempre,

Mi despertar hacer vivir a tu cielo, a tu belleza natural;

 

Es cada noche tener tu figura en mi mente,

Es soñar que eres mi hermoso presente;

 

Amanecer es ser dueño de tus penas, de tus alegrías,

Es volver recuerdo las melancolías,

Es escribirte poesías, mi musa fiel;

 

Es juntar los cuerpos en este mundo cruel,

Y que seas mi dios, que me cuides desde lejos,

Mi ángel, que hace que olvide los amargos momentos del ayer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

                                       Homenaje a Marco Parra, 11 de agosto 2023, Alianza Francesa (Piura).