Solo el
cangrejo recibe en sus gotas el choque de la oscura ola sobre la piedra
unas cuadras
arriba, en Negritos, todo duerme
Nadie oye,
nadie podría oír al cangrejo refugiándose de la ciega marea, en el musgo
bajo un
poste, una habitación celeste, alguien tose un cáncer dormido
Entre las
peñas lo hace mover al cangrejo la señal del faro, duda, quizá, que esa luz no
es la del sol
inundan los
techos overoles goteantes que pasado usarán los hombres camino a las plantas
Sabe que
acabará la noche/ sabe que vendrán a husmear su piedra las gaviotas/ sabe medir
el tiempo en el agua azotando
es el sol, y
los niños y las almas corren a encender los motores que sellan conservas, que
envasan los días, que etiquetan sin pausa el sueño de cada uno
Es el Xol, ve
asomar al caracol, baja, cuida no exponerse al pelícano, atenaza, come, el agua
otra vez, y vive.
Fernando Casanova
Los sollozos de las viudas de los mártires
Parecen escucharse a esta hora
Del ocaso
Frente al mar de Negritos
Soy como barca encallada en la arena
Tan alejado del bien y del mal
Solo recuerdo los alejados días
De jañapes y pelícanos.
Márlet Ríos