Me
quedo absorta en este rincón del mundo
Donde
las vidas pasan casi de largo
Historias
de todo tipo vienen a visitarme
Y
yo aquí
Sentada
en la misma banca desde hace 5 años
Las
mismas paredes
Baldosas
oscuras
El
techo alto
Y
las luces...
Algunas
quemadas
Las
mismas ventanas, el mismo paisaje
Historias
de paso, eso sí,
Millones
de humanos transitan
Y
yo aquí
Víctima
del letargo a causa de los bancos. Viendo el horizonte como buscando una ruta
de escape, evocando recuerdos de cuando la libertad extendía mis brazos y mis
suspiros no eran de cansancio.
La
fe, la fe empieza a ser un producto empolvado en este laberinto de
escaparates...
Vanessa
Medrano Díaz
Anarquía
Mosquitos burgueses sobre mi cráneo paseando en la
batalla final. El polvo se abraza sobre mis muslos sangrientos, calaveras de
rojo se limpian legañas. Contemplo feliz la libertad, el cuerpo ha muerto sin
gobernante ni dueño.
Luccia E. Gazlak
1 de mayo
Semáforos desvalidos
nos observan
y el tránsito se
detiene como un colibrí
banderas negras
flamean con ímpetu.
Ni Dios ni Amo
para unos ojos
irredentos
que han visto tantas
horas enajenadas
y rutinarias
libremente imaginamos
jornadas lejanas como
una lluvia de estrellas
huelgas de textiles
panaderos
fiesta de la planta y
recitales de obreros poetas
jodiendo a la
burguesía
rancia como la lepra
y una gran manifestación
de proletarios
amenazantes y tiernos
este mayo revoltoso
sin nada que celebrar.
Márlet Ríos
Proclama
Aunque caigan las tinieblas sobre nuestros ojos
cansados de aventurarse en el laberinto de la luz, y aunque la palabra no
alcance a nombrar toda la rabia amparada en el silencio, no vamos a callar ante
las voces que enmascaran cadenas y fusiles.
Quizás, el eco de nuestros gritos en la diáspora
vuelva como una bala y nos enseñe el interior de un ataúd.
Sin embargo, prometemos no ser buenos
difuntos;
pronto asfixiaremos a la muerte con gritos
libertarios y volveremos en los resquicios del viento para abrirle nuevos
caminos a la materia.
Rotas las tablas de la ley
¡Todo vuelve a ser A G I T A C I Ó N!
Libertad
Cuando la palabra enmudezca ante el dios de los
cobardes
Cuando quebrantemos el ritmo de las hormigas que
anuncian el verano
Cuando busquemos los edificios derrumbados por el
hastío
Cuando la noche ya no sea cómplice de los furtivos
encuentros
Cuando multitudes de voces convoquen a asesinar los
sueños
Cuando el corrosivo humo ahogue el latido de las
entrañas
Cuando las horas vean llegar el abismo disfrazado
de altura
¡Vuelve,
vuelve,
vuelve
Libertad!
En el grito,
en el viento,
en la piedra,
en nuestro destino de aire.
Omar Ardila
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