Apelando a nuestro espíritu libertario y tolerante, nos
piden publicar esta crónica sobre el recital “Voces de la ciudad Híbrida”,
llevado a cabo el viernes 6 de marzo, en Surco. No teníamos idea de que el
espíritu de Dada está vivo entre los exmuchachitos clasemedieros de la Decana
de América.
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Crónica de un
viernes sin momias
Vaya, al fin
pasa algo interesante en un recital de poesía en esta pedorrienta ciudad con pasado virreinal. El responsable de tamaña
osadía es un viejito casi nonagenario con espíritu quintacolumnista y
atrabiliario (dizque docente). No podemos pasar por alto al poeta clasemediero pichicatero y al comisario político de la nomenclatura
Histérica. Personajes dignos de una novela beatnik
de los 60 y que coadyuvaron el pasado viernes 6 de marzo a sacar del
anquilosamiento y ñoñería a los recitales de poesía de la gran Lima.
Ferlinghetti debería estar más que complacido por la performance semigrotesca y salerosa de
los tres personajes aludidos. Y es que los recitales en esta pudibunda y
reptiliana urbe son asquerosamente predecibles y sosos. Más entretenidos
resultan los cultos evangélicos con banda y cantos estentóreos de los
feligreses. Poetas momificados y solemnes detrás de una sacrosanta mesa tienen
que condenar a un infeliz auditorio a un espectáculo fúnebre y tedioso para aplacar
las iras de los Batracios Iluminados por la Molicie. Y en la calle los
emisarios del Estado hacen de las suyas.
Por esta razón, debemos felicitar sin reservas a los
organizadores de este recital en Surco, aunque al parecer se trataba de
monjitas de clausura poco animadas para la polémica y la confrontación. De
todas maneras, congratulaciones. Nuestras simpatías, no lo podemos negar debido
a nuestro rancio pasado de fina estirpe, descansan en el viejito nonagenario
iracundo y en el poeta clasemediero superemotivo (los dos perpetradores de la
genial performance). La hoja de coca es vida, a pesar del
Imperio y el Papa. La poesía peruana contemporánea nos importa lo mismo que
el eructo de un policía obeso un sábado por la noche. Necesitamos más actos
teatrales y representaciones que saquen del anquilosamiento y modorra a los predecibles recitales poéticos. Nada de
burocracia ni de pose de ameba reumática.
Queremos ponernos serios unos 6 segundos (nada más) y
aplaudir a los que se escaparon del trabajo y de los tiranuelos que fungen de
jefes. La autogestión es el objetivo.
Nos ponemos no tan serios y dedicamos una sonrisa franca
a los que leyeron sus versitos emotivos, francos, directos, honestamente,
intensamente, como la performance de
los camaradas de Sin auditorio,
dirigidos por un señor de lentes con alma de poeta infrarrealista.
ESTA CIUDAD DE PASADO VIRREINAL NECESITA GRITOS
DESTEMPLADOS Y ACTOS ANTIJERÁRQUICOS CONTRA COMISARIOS DECADENTES…
La poesía no necesita momias y poetas escaldados. 1871 y
1936 en la memoria.
Al Este de Lima Pudibunda.
Antonio Santos
hey claro que siempre habrá replicas un espacio diseñado para disertar saludos
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