Tal es la fascinación por los gatos que algunos poetas peruanos contemporáneos les han dedicado certeros versos, incluso sendos libros (v. gr. Winston Orrillo y El libro de Benita). Ciertamente, estos bienes culturales se condicen con una veneración antiquísima del ser humano por estos felinos (antiguo Egipto).
La relación entre los gatos y los escritores es entrañable y se explica,
probablemente, por la autonomía/independencia de aquellos, así como por su
misterioso encanto.
Michelle
Estoy
sentada sin consuelo
junto
a tu camita con manta a cuadros…
Cerca
del cojín fucsia,
con
que te cubrí un día
en
mis afanes maternales;
sentada
sin consuelo,
cerca
de la puerta donde entraba el sol
en
atardeceres inolvidables
Frente
al parque que te vio ser…
pero
hoy
me
acompañan mariposas negras en los hombros
y
han hecho un hueco hondo cerca al Nardo
Igual
al hueco sin fondo de tu ausencia,
Y
en cada esquina de la casa estás
Y
de todos los quehaceres que hubo ayer
hoy
solo quedan los geranios que cambiarte…
Aquel
sábado como otros regresaste,
pero
tu cuerpo en vez de lanzarse presuroso
ahora
viene frío e inerte…
Un
22 de diciembre llego a mí tu muerte
y
en el Nardo del jardín donde estás,
se
enterraron también mis esperanzas
como
el poema de Vallejo…
Descansas
en paz,
pero
ya jamás
escucharás
los mimos del alma
ni
me darás tus besos de minina,
y
de madrugada a veces
me
parece escucharte.
Me
levanto y pienso solo fue un mal sueño…
¿Por
quién veré ahora que te fuiste?
Dónde
irán ahora mis desvelos…
Me
dejas un vacío sin medida
Ahora
mi vida
estará
un poco más oscura que ayer,
porque
un amanecer sabatino se hizo crepúsculo…
Y
te fuiste sin despedirte
Vuelve
pronto, ¿ya?
Junto
a tu cojín fucsia
Te
sigue esperando mamá.
Haydee
Córdova Parra
Mi gato
Tiene ojos de sueño
esbeltez de sombra
mi gato refleja
en la ventana
su figura mefistofélica
ágil salta al ocio
se tiende en el mueble
medita su condición
de animal antiguo
que ha perdido su divinidad
mi gato ronronea
su pensamiento
sus orejas se mueven
su cola juega a la serpiente
Mi gato ojos de ternura
tranquilo tendido al sol
duerme sobre un libro
poemas de sueños
flores de Baudelaire
mi gato poeta
estirando la pata
mi gato es sombra
mi gato sin nombre.
Un gato negro se posa al
lado
cual sombra estoica de mi hado
transmuta al vacío
escondido
donde me pierdo a veces
sin
sentido.
Acompaña mi sencilla
estadía
con su lomo indómito
zigzagueante
será ese instinto de
rebeldía
a la vera del camino
incesante.
Oh, felino de apariciones
umbrías
si he de morir moriré del
misterio
de nuestra crispada
herejía
con el silencio de tu vil
cautiverio.
La Queta, la gata,
se ha puesto alpargata,
Y anda contorneando
su cuerpo ligero;
Maullando,
maullando, se alisa el moñero
Para que la miren
las otras dos gatas.
La Queta, la gata,
la gata coqueta,
Ronronea y pule su
hocico bullero,
Y en varios
ronrones, en canto maullero,
Le hace dúo a coro,
un gato maceta.
La Queta se ha
puesto faldón de baqueta,
Esmirriada observa
su talle fiestero,
y lanza un maúllo
en son lisonjero,
pidiendo le pongan
también su chaqueta.
Tiene hambre la
Queta, igual que la Cata,
Y también la Teca,
hambre mañanero,
Porque no pudieron
con tanto aguacero,
Tomar, aunque sea
su caspiroleta.
De todos los gatos,
la Queta con bata,
Aloca a los gatos
de todo el alero,
Y se armó un
terrible bullón callejero,
un día en que la
Queta estuvo calata.
A una gata loca que
se llama Cleta
y vino de un barrio
medio alcahuetero,
le dijo la Queta:
"Este barrio es serio,
Así es que te pido
que seas discreta".
Pero, como vino la
gata Anacleta,
que entró de la
puerta, por un agujero.
Siendo inescuchable
el pregón bullanguero
Les tiró la Magda
con una chancleta.
A la Queta
un gato le da serenata.
Maullando alegre, su canto certero.
Pero dicen que ante tanto maullero.
Lyssetty y mi Grötte: "Ya no den más lata".
De noche, la Teca, la Cleta y la
Cata
tienen amoríos de marzo a febrero.
Y le dan su
fiero abrazo arañero
Marrufo, Runfuño y
el gato Chaveta.
La vida gatuna
nos muestra la Queta,
Que pasa y repasa
en un desespero,
De brincos y saltos
por despeñaderos.
De techos, pelando a otros gatos, la jeta.
La Queta, la
gata, se ha puesto alpargatas,
chaqueta
y anteojos. Con mucho amanero,
para, entre los gatos,
con salsa y salero,
ser ella, la Queta,
la más bella gata……